Juego libre

Hablar de diseño no libre en un sitio de diseño libre suena como algo absurdo. Pero vale la pena conocer los límites de algo para justificar el romperlos.

Partiendo de la visión del diseño como parte de la acción humana (les recomiendo la ponencia de Hugo Cristo en Campus Party Brasil 2014), expongo un buen ejemplo de cómo las limitaciones del diseño pueden lograr cosas muy buenas, y la ruptura de esas limitaciones pueden dar lugar a cosas mejores.

El ajedrez es usualmente conocido por la complejidad de sus reglas a pesar de ser un juego relativamente simple, que está gobernado por relaciones matemáticas simples en un tablero de dos dimensiones, con el objetivo de divertir y retar las mentes de los jugadores. El juego ha sido proyectado para utilizarse bajo ciertas reglas, que raramente son retadas. Es así como el sistema compuesto por el tablero y piezas, a pesar de ser fácilmente configurado para colocar las piezas de una gran cantidad de maneras, sus usuarios aprenden a colocar las piezas y a moverlas de la manera en la que fueron diseñadas en un inicio.

Ahora, ¿será que utilizar el juego según las reglas disminuye la capacidad de lograr su objetivo? De ninguna manera. Si la cantidad de juegos posibles en un tablero de ajedrez excede la posibilidad de sus usuarios para verlos durante su vida, podemos asegurar sin duda que no hay límites dentro de los usos proyectados. Es por eso que existen campeones mundiales cuya capacidad de cómputo es gigantezca, utilizando reglas ya establecidas por el diseñador.

¿Qué uso tiene el diseño libre? El conocer el juego más allá de sus reglas convierte al juego en un campo de exploración que permite:

a. Crear mejores juegos. Los modelos matemáticos del ajedrez sirven para crear nuevos acertijos o para convertirlos en nuevos juegos. ¿Se habrá pensado en jugar el juego en tableros diferentes o con piezas diferentes?

b. Las reglas de juego pueden ser utilizadas en otros dominios. Muchas veces los tableros y piezas de ajedrez son utilizados para crear y resolver problemas matemáticos, y a su vez ese conocimiento puede ser usado de vuelta en el aprendizaje del ajedrez mismo.

c. Ser mejores en el juego. Finalmente, la abstracción de las reglas en sus componentes matemáticos permite la creación de estrategias de juego más efectivas.

Siendo el ajedrez un juego cuyo diseñador se ha perdido en los anales de la historia, es fácil concluir que cualquier entusiasta y estudioso del juego es también un jugador/usuario. Sus reglas sencillas son abiertas a cualquiera, y permiten no solamente la creación de expertos en su uso, sino también especialistas en sus reglas y en la creación de ambientes en el cual el ajedrez es un juego experimental.